PRIMERO DE AGOSTO DEL 2010.

septiembre 13, 2010

Nunca te había visto el rostro tan de cerca.
Supongo que debería agradecerte lo mucho que me has mantenido al margen de tus negocios, la verdad cuando uno lo piensa bien,  siendo de donde soy,  es toda una ironía el completo desconocimiento que poseo sobre tus andanzas.
Es imposible poner en palabras el pánico que causas, el sentimiento de impotencia al que sometes y sobretodo el tener que toparse con el conocimiento de que la suerte es tan solo una mentira elaborada para esconder lo que la voluntad no ve, contigo la materia del ser es un vil tul translucido roído por los años.
Un minusculo destello, una pizca de tu olor, cualquiera de tus ínfimas partes  invitan a saltar dentro de uno mismo, en un ridículo intento por refugiarse de tu hambre omnipotente.
Excavas un hogar dentro de cada uno de nosotros, desde el primer momento de vida  nacemos programados para destruirnos ante ti. Seguro que te ríes cuando lo piensas, yo lo haría.
Es increíble el sinfín de rostros que puedes llegar a tener, y lo que más me sorprende es tener que verte aquí tan tranquila, con esa máscara manida, hecha todo un cliché, estas siendo tan poco original que da rabia.
Te rogaría que no te la llevaras, me arrodillaría y te lo suplicaría… pero todos sabemos que eso no servirá de nada, y sigo acá,  a tu lado,  estoy frente a frente con tu hedor a final y tengo un vértigo denso y oscuro en las entrañas, estoy mirándote las arrugas del tiempo y preguntándome que alimenta tu existencia.
No hay escapatoria.
No sirve de nada huir, y mira que yo soy una excelente velocista existencial, me muevo rápida, paso sin mirar los crímenes del destino para no distraerme en su desorden y ni siquiera me detengo ante mis propios desastres, pero acá estoy, mirándote y preguntándome todo sobre ti.

A cancer for the cure.

Creo que te agobiaré con mis palabras tontas desde el más acá, no pienso dejarnos en silencio, eso nos lo prometo.